jueves, 30 de diciembre de 2010

“sin título” Alejandro Jeldes

Es la continuación inconexa.

Nací amargo, no tengo como expresarlo de otra forma. Nací amargo. Lo tengo en mi garganta. No se va con el azúcar. Siento el amargo constante, entonces, cuando escupo sale amarillo, sale bilis. Amargo cuando cae al suelo. No me puedo deshacer. No puedo negarlo, entonces es amargo. Amargo todo y ahoga, lo amargo aprieta el cuerpo, lo contrae y desfigura, lo aleja lo desaloja. Se vuelve un imbunche en el suelo, volteado sobre sí mismo, salta el atrofiado y bota la amargura por su boca, por sus labios escurre la bilis que inunda el suelo. Nací amargo, y escupo para todos lados, lo amargo no se agota no se limpia no se escurre, lo amargo absorbe, retrae, la amargura se vuelve codiciosa y disgusta de compartir. Se calla.

La amargura se fue. Se fue como un gusano amarillo. Salió de mi garganta, se fue por fin, me dejo sin voz. Lo dejo sin voz, sin las palabras, la amargura busco guarida y no encontró, en su búsqueda conoció pero no adopto. Volvió años después, más amarga, con más experiencia con más fuerza y devoró su estomago. Y volvió mi voz, y me arrastre por el suelo, pero no quise volver a escupir, quise guardarme toda la amargura para mí. No volví a contaminar al mundo, no lo escupí una vez más, pero engorde, engorde de amargura. Y con el tiempo no pare de engordar. Y me deshice. La amargura crecía dentro, un día la vomite casi toda dentro de un rio, las orillas desaparecieron los bosques regados por el rio se oxidaron. Vomite mi amargura y destruí pueblos pequeños con gente feliz, el rio los destruyo todos. La gente se oxido.

Me hice viejo caminando. Caminaba sobre mí mismo. Viejo me engolosinaba con mi amargura, me degustaba porciones inmensas de mí. Alejado de todo ya no volví a vomitar la amargura. Pero la defeque. Montañas quedaron a mis pies y arrase pueblos grandes con mierda amarilla, amarga. Arrase ciudades y sus calles oxidadas, con sus edificios oxidados caían encima de la gente. Los que no se alcanzaron a oxidar corrieron lejos de todo, dejaron a sus hijos a sus padres y corrieron lejos. Ahora que tengo más años los entiendo, nadie se queda para vivir en la amargura de una ciudad oxidada, de un país oxidado, de un mundo amargo.

domingo, 5 de diciembre de 2010

voy

me voy a cortar en trozos, voy a embalarme a distintas partes del mundo, voy a desaparecer, y cuando quiera volver no voy a poder. Asi que hare volver mis trozos en 60 años mas, a un mismo lugar para armarme nuevamente y ver si algo a cambiado. si no es asi, vuelvo a los trozos, pero no viajare por el mundo, me tirare al mar, junto con todas mis cosas.

 
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