capitulo 3

Vamos en el auto, mi amigo llora por lo sucedido, yo miro por la ventana, me gusta mirar por la ventana. El nuevo Cristo ya ascendió y con el se fueron los que le seguían. Quizás su amigo llore por eso, tal vez quería irse con el nuevo Cristo, aunque prometió volver por el resto. Son los parias de la religión, o quizás el bus era muy pequeño y no cabían todos. Bueno ahí están, en ese auto van tranquilos, se les nota en la cara, su amigo ya no llora, puede ser que no tenga ya las ganas. Soy yo el culpable que no se fuera, me demore mucho en encontrar mis zapatillas, bueno, como sea, no hay nada que unas papas fritas no solucionen !Maldigo al nuevo Cristo por dejarnos abandonados¡ no grites que nuestras culpas nos absorben.
Ya no se trata del nuevo Cristo, ya van cinco años desde este evento, esta oscuro, los niños no tienen la misma alegría. Están entre las paredes, ya no juegan a ser genios, por favor den cuenta, por favor, rianse jajajajajajajajaja no, aquí nada ha pasado. Son las ocho y tanto de la mañana, puedo ver que estoy solo, eso desde que abandone aquel lugar, esa isla sin mar, en donde mi redacción sigue igual, mal, ese lugar. !Acaso mi madre no me recuerda¡. Ya van tres días y no han venido por mi. El asunto, he aquí el bosque, el claro y los niños que cantaban, el muerto, que por envidia ríe. Rosado, verde, bonitos y pintosos. Ya nada es cierto, yo lo veo, esta donde siempre ha estado, y lo han rescatado, lo han rescatado.

capitulo 2

Van y bien, parecen felices, los niños en el río, que canta por ver a dios jodido. Estamos ya en el año cuarto después del nuevo Cristo, lo sabemos y lo aceptamos, tal como nuestro recorrido, aborrecemos de los caídos y en nuestra alma ni restos ni olvidos. Bailamos y cantamos por nuestro Dios jodido. los tintes rosas son los más bonitos, pregona una niña, la de los brazos caídos. Mentira, los tintes verdes son los más pintosos y graciosos, pregona un niño, el que no tiene amigos. Y si, que esto es una burla, por ver a todos reídos , mientras cantan y bailan por ver al dios altivo.
Ya va el séptimo año desde el nuevo Cristo, la sociedad nos trata como corazón desvalido. Tres arterias rotas tiene este corazón, que no tiene tres sino dos. Derruida esta la universidad donde curse mis estudios y a mis tristes amigos, por Dios repudio. Vamos al noveno año del nuevo Cristo, de santificados hasta mis zapatos están, en este año llevo diez en profesión, cambio y con tiempo para que lo adverso se tome su tiempo. Críticas a su ignorancia ha recibido, y con orgullo las ha aceptado. Mala redacción tiene este capitulo y los que seguirán, dada mi terqueza por el aprender !Es en este año en el cual el nuevo Cristo ha de acender, hacedle caso a él o estáis perdidos¡ De bellos ojos es el rey del nuevo hombre, sino los veis estáis jodidos. Es aquella, el discurso, del cual todo humano esta prendido, cuelgan como la ropa recién lavada, que las madres posan sobre sus espaldas, típico en este yugo al que al hombre hace caso, que sin duda no es mio, y del cual no me hago cargo.

capitulo 1

El claro, el bosque he aquí el asunto, islas grasnadas lejos de mi casa, espero, feasientemente, que ellos vuelvan por mi. Ya han pasado tres días sin que vuelvan, mi ortografía es cada ves la misma mala.
Estoy en la isla y espero la salida, nadie viene por mi. El, que se ve cansado y triste, lucha con todas
sus fuerzas por recuperar el emblema perdido ¿Perdido donde? No me importan las interrogantes, responde alfa y omega, un par de hermanos con unos padres bastante poco criteriosos, juegan en el Todo a que logran nada, y las respuestas del hombre sucumben frente al paraíso. Es posible que pronto vengan por mi, deben saber de mi ausencia !acaso mi madre no me recuerda¡ es el juego de la vida, la universidad de la misma, que haré yo, de niño mimado, a estar solo en este lugar. Vuelve él a su lugar de origen, lo aplauden por saber que a sobrevivido, todo este tiempo, en aquel lugar solo.
Lo abarca una gran alegría, pues es un juego de gallardias que se entrelazan, que se vuelven contra uno, es un juego de egos que se vuelven por uno. Llevo ya tres años en las mismas circunstancias, tres largos veranos, primaveras, inviernos, otoños, días y noches, jugando. El sigue jugando, como de niño mimado, parece, por lo menos no lo he visto, solo tal vez con él mismo no haya soledad. Ya la tarde se aproxima y quiero volver a gritar. Es el baile de los que no están, el baile de los desvalidos. Cambiamos cada segundo y no nos atrevemos , ya nos caemos por el barranco viendo a los que son. Volar.