viernes, 7 de octubre de 2011

Intento 6.


La narración avanza sin nosotros. Madre, vamos, que la narración continua lejana ausente de toda importancia yace tu cuerpo lejano al mío. Madre la electricidad en tu cuerpo no deja marcas en la historia. Las quemaduras no dejaron marcas en la narración del mundo. Madre manchaste los zapatos militares con tu sangre.

Hazte por favor de mi madre, tío, desde las sombras ven por ella. En el fondo del mar cual tritón inválido yaces, los rieles no sueltan tus carnes.

Acá vengo yo, gozo de la vida. Padre, encuentra a mi tío, tu sabes dónde está, en tu cena se perdió.

Fantasmas desde arriba caen duramente contra el suelo.

Debo entonces esclarecer la venganza sangrienta, romper las vaginas contrincantes ¿Desgarrar las carnes de quienes hacen mi mal? Debo entonces caer en la profunda venganza.

DESDE EL FONDO DEL MAR

Reviéntalos a todos, reviéntalos en sus casas, quema sus entradas, toma a sus hijas, ábrelas espárcelas por el viento, que todos tomen su aroma. Porque tenemos que seguir pasivos, porque tenemos que buscar la justicia. Quien soy yo que nada busco acá en el fondo, con mi rieles cargo, con mis heridas a mar abierto. Desde arriba dos tramoyas bajan y esperan.

Tengo el dialogo a mis pies, la narración, la ficción me ha dejado botado, tengo las heridas para contar todas las historias de dolor.

Tengo el tiempo para perderlo.

Tengo la eternidad para quedarme sin hacer nada. Sobrino, cae en lo mismo, cáete sobre ti, comete, devórate, cáete sobre ti.

DE OTROS

Diminuta y viscosa, roja sanguijuela:

Me adhiero a mi espalda blanca y me chupo

Me adhiero a mi henchida bolsa y me chupo

Diminuto y pálido, voraz gusano.

Saciado de mí tengo la culpa por todos lados.

Desde los bastiones de la ciudad lejana vienen todos, caídos sobre sus cuerpos, todos culposos, roídos por culpa de su dios.

Polonio toma la espada, se vuelve hacia él. Y canta

La vida pasa, todo es fuerza todo se desplaza, nada se pierde, todo es un discurso perdido. Todo es una maraña, el pueblo, asqueroso vocablo, cae rendido ante todo. De su sombra se espanta. Corre de su reflejo y apedrea su imagen, es escupe, y se engulle más que nadie. Madre míralos a todos muéstrales tus marcas, tus hallazgos de historia, las muescas de tu cuerpo. Padre desaparece, vete, el telar que tejiste está podrido, la peor de las lanas caen de tus manos, tienes bajo los mandos todos los dolores. El yugo aun nos pesa a muchos, estamos corruptos, curcos, nuestras piernas juntas, nuestra saliva sale por la nuca. Tenemos nuestro espacio ante nuestros pies, somos pocos, estamos unidos soldados, membranosa unión. Somos un país completo, decaído. Como si estuviera necesitando la realidad paralela, como si recitara de memoria los versos escritos, como si mintiera cada vez que veo el espejo. Cada vez es, para sí misma la misma vez, como para mí
siempre es la misma vez. Camina entre los edificios de la ciudad (primera moción física, aparente estructura citadina) para de ver, parar de ver, detenerse de ver, no es abstenerse. No es lo mismo, la abstención es un gen, gen bacteriano, bacteria que come vivos y muertos. Se cae mi mano absteniéndose de mi cuerpo, cae después del tuyo, que se abstuvo de ti.

martes, 4 de octubre de 2011

De narrativa, Autobiografia

El tiempo pasaba frio. Eran los mese de la mitad del año, los que siempre era, en todo sentido de cosas, amplios y prolongados. Fue por ese tiempo en el que gane el concurso, los juegos florales, los gane con un par de poemas, que por ahora no vale la pena mencionar. La premiación se realizo donde siempre se realizaba, quise homenajear a Gabriela y me disfracé de ella. Quise imitar un concurso de belleza. Quise llevar una corona. Mis amigos me fueron a ver, me tiraron flores cuando caminé por la pista. Todo tenía un ambiente sano, calibrado, el aire estaba frio. Felipe había pasado a saludarme, nos reímos, lo invite a subir, pero lo suyo no son los escenarios, no son las estructuras desmontables, a nadie le dan seguridad.

El camino de vuelta de la premiación fue largo, la visita obligada a locales populares para firmar autógrafos estaba contemplada dentro del contrato de participación, nada podía hacer más que sonreír. Había otros vates con los que hablaba mientras firmaba algunos sostenes, ellos, previos ganadores, se burlaban de mi firma, la que yo, amablemente había perpetuado desde mi infancia, “JANO” con letra de niño que no había cursado la básica aun. Pero mentía, la había escrito a los 16. Uno de los vates hablaba sobre cómo después de ganar los juegos, hace unos años, lo habían llamado desde una agencia de escritores, lo citaron para que diera una charla motivacional a sus trabajadores. –una burla- arremetí, mientras soltaba el ultimo sostén, de una poeta, que hace años nos habíamos visto, tenia mas tetas que antes. Luego termine en mi hogar, no había necesidad de hablar con nadie.

-¡Tienes teléfono!

-¡Gracias!-

Al levantarme me di cuenta que mi premio había sido tomado por mi gata, la gata de mi madre, en realidad, poca justicia apoderarme de un animal ajeno. La copa la alcé con victoria, la deposite con las demás. Las otras las compré en la feria, siempre es mejor tener un pasado lustroso. “Iluminado” era el adjetivo que intentaba buscar para terminar un poema. El computador calentaba la pieza y me molestaba, era verano, casi verano, no existe la primavera, y si existe dura dos semanas. Llego el momento del tedio en la narración. Meses después de los juegos florales, me paseaba en la universidad, siempre pensando en estudiar. Pero más miraba a mis compañeros, más creía en ellos. En las tardes entraba frio por la ventana, me gusta el frio. Daniela estaba en la casa.

-Hay días fomes y fríos, y este es uno de esos días, no entiendo cómo pueden congeniar ambas cosas, como es posible que todo congenie para aburrir al ser humano, para llevarlo a esos límites done crea por aburrimiento, por el hostigamiento del tiempo, por no caer de la cama, por no poder dormir, porque suenan los huesos del abuelo, o la abuela, o quien esté a punto de morir en la casa-

-Departamento-

-Eso, como es posible- En ese momento, pensó en culpar a Dios.

-Departamento, en él, dentro de la ciudad, acomodado-

-De Poeta, de vate con suerte, de escritor ganador- Termino el día ahí.

 
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