Los

No debes hacerlo Amado, no deberás hacerlo, acuérdate de tu abuelo, aquí no hay cosas como las que has escuchado, aquí es distinto, debes acostumbrarte -Amado- madre padre familia, sepan que estamos en un mundo de sombras, aquí los fantasmas ya no nos acosan seremos “los”, no seremos menos que eso ni, más que eso, recuerden lo que se dice por ahí, hay muchas cosas que no han sido respondidas, desapariciones misteriosas, concursos de vida olvidados para hacernos sentir mejor sobre nosotros mismos, ya no seremos una familia ya somos “los”. Lo que no se crean como Amado que levanten una mano, la que quiero no cuenta su mano, ni su cara, ni cuentan ustedes, eso es lo que veía Amado en sus discursos de cena de día domingo, no somos más. Pero Amado –decía el padre- ¿te has dado cuenta de que estás vivo, de que hay cosas con las que puedes jugar?, es una orden imperativa de tu ser, no la niegues como has negado a Dios, no ves -Amado al habla- si padre, si lo puedo ver, veo la bellezas de las cosas, pero ¿qué saco?, ¿qué saco con ir mas allá, si lo que hay mas allá no me alimenta?, ¿qué seré sin la belleza de las cosas feas?, ¿qué podremos hacer, si ya no somos más que un “los” a manos de un ser imperfecto?, si son aseveraciones de cosas que nadie conoce, la belleza ya no existe, el amor tampoco, demasiado tiempo han sido violadas, yo no puedo luchar contra eso, recuerde familia que somos un grupo, un grupo y nada más que eso.