ella

¿Y es que no vivimos?.
¿Cómo conseguimos que Caín nos envuelva?, esa fue la pregunta de ella, que sin mas remedio no consagro llegar a perder su virginidad con quien ella quería, ella es quien buscaba la respuesta, tristemente, en las estrellas que no hacían mas que moverse en un ciclo casi perfecto
-no- le respondieron, pero no fueron estas las de la respuesta, fue su mascara que reposaba en lo profundo de su conciencia, pero él pudo haberme follado sin mas problemas, pues ¿no le gusta eso a todos?. Conseguía ensimismarse mientras su frígida mano acariciaba el aire que salía de su entrepierna, que asqueroso relato el de la otra noche-pensaba-, pero no lograba comprender la razón de su penar, culpaba quizás a las circunstancias por las cuales había pasado, pero no creía en la obscenidad de su persona, ¿porque no haberlo echo? porque, si en realidad me ofrecí por completo ¿no es eso lo que a todos agrada?, quedarse tendida como un torso de excremento, con ansias de ser moralmente violada, en forma de prenatal, quedándose tendida y dando alaridos, que mas bien son restos de llanto no soltados ¿no es eso lo que todos buscan?, que tendré que hacer por no planificar mi perdida de inconciencia, como es que no pueden valorar mi postura absolutamente sexual, es que creen que no los quiero ¿es verdad?, pues no importa, pues es verdad los aborrezco, ¿no es lo que todos quieren hacer?, como es posible que mi sexo no llame la atención. Su mano ya no tan solo acariciaba aquel aire gélido, también parte de su piel, de su despreciable cuerpo mientras hundía el filo de la libertad en su angustiada garganta, total el reposo nocturno de los demás no atontaría su acción, ¿no es lo que todos hacen?. Su tierna mano ya había cesado de moverse.